Muchas veces confundimos la amistad con el amor. Ambos sentimientos se entrelazan tan de cerca que es muy difícil diferenciarlos, más aun cuando esa amistad se da entre un hombre y una mujer. La teoría general del romance dice que: si un hombre y una mujer son amigos es porque a uno de los dos le gusta el otro. Es posible; sin embargo, esto no dice nada malo en contra de la amistad y mucho menos del amor. El amor es sólo una forma mas elevada de amistad, y una forma mas violenta también.
Toda la admiración, toda el cariño, todos lo buenos sentimientos que tenemos por la otra persona se elevan, se exaltan, y nace el amor. Y está bien que así sea, no hay nada de malo en eso, es casi natural que nos veamos atraídos por nuestra amiga o amigo en algún momento de nuestra amistad. Esa persona con la que hemos compartidos tanto tiempo, que nos ha ayudado en las etapas difíciles, que nos a escuchado pacientemente ¿Cómo no habría de gustarnos? ¿Cómo, llegado el caso, podríamos evitar la tentación de pensar en besarla? Los momentos críticos unen, mezclan los sentimientos como en un lavarropa y es muy difícil distinguir el amor de la amistad.
Ahora bien, existen dos casos de amistades que se transforman en amores: los que son correspondidos y los que no.
Amistad y amor no correspondidos
Generalmente, lo que suele suceder en estos casos es que los tiempos de los sentimientos son distintos. Se puede ver a lo largo de esas amistades que perduran por años entre hombre y mujer, como a veces es ella la que esta enamorada del él y él no lo nota, o no corresponde a su amor y viceversa. No hay nada de malo en confesar nuestros sentimientos y recibir una negativa del otro lado. Parte de ser un buen amigo es ser sincero con lo que nos esta sucediendo con la otra persona y hacérselo saber.
Si la amistad de ambos es tan fuerte como suponen, resistirá cualquier confesión, cualquier declaración de amor y la otra persona no se sentirá ofendida ni intimidada. Solo dirá que no es el momento.
